José Luis Massera, un fuera de serie

Por Ariel Collazo
Publicado en "La República" 15 de setiembre de 2002

A LOS 87 AÑOS se apagó la vida luminosa de uno de los uruguayos más grandes del siglo XX, que fue capaz de ser no sólo uno de nuestros más grandes matemáticos sino también un luchador político que lo entregó todo en defensa de sus ideas de redención social.

Yo tuve el honor de ser su compañero durante nueve años en la bancada de la Cámara de Diputados del Frente Izquierda de Liberación (Fidel) de 1963 a 1972, cuando éramos tres con Rodney Arismendi., y después de 1967 cuando éramos cinco con Luis Pedro Bonavita y Gerardo Cuesta. Fueron los mismos años en que Enrique Rodríguez era nuestro compañero en el Senado, porque, como dijera Arismendi, "yo no quiero ir al Senado porque prefiero que vaya un dirigente de la clase obrera, para que podamos sacudir un poco el ambiente versallesco de la Cámara Alta". Massera era el fogonero del Frente Izquierda y de la bancada. Tenía una capacidad de trabajo asombrosa, redactaba gran parte de los documentos del Frente, era el delegado del Partido Comunista en su dirección y atendía tanto los asuntos grandes como los chicos con su reconocida eficiencia.

Pero lo asombroso era su capacidad de concentración. En medio de una sesión en que el asunto no fuera importante, elaboraba en. su banca proyectos de ley o documentos políticos, hacia cálculos con logaritmos o preparaba trabajos de matemáticas, como si estuviera en el silencio de su gabinete de trabajo. Y aprovechaba su tiempo al máximo. Sobre su actividad científica, me remito al documentado artículo de Niko Schvarz del martes 1O en LA REPÚBLICA, que compartió con Massera muchas tareas políticas.

Pero quiero agregar una, que fue la visita de Albert Einstein al Uruguay, donde su anfitrión fue Massera, que lo había conocido tiempo antes en EE.UU., y que pudo hablar sobre su Teoría de la relatividad. En el velatorio pude saludar a Emma, la hija de Manera, después de tantos años, y a Marta Valentini, su compañera y esposa desde los primeros años del Fidel, de cuya dirección fue secretaria, y que lo acompañó siempre en las buenas y en las malas.

Ahí me enteré con asombro, que el día anterior al deceso de Massera había fallecido también su primera esposa, Carmen Garayalde, con quien yo había compartido varios años de militancia en Barcelona en el Frente Amplio en el Exterior, durante los años de plomo en Uruguay cuando ambos estábamos exiliados. Massera estuvo preso durante casi diez años y sufrió una tortura salvaje, en la que le provocaron la rotura de una cadera. La maceración ideológica en los cursos de Panamá sobre tortura hizo que los militares uruguayos que hacían sus cursos allá, se formaran en anticomunismo cerrado, de modo que aunque proclamaban que su enemigo era la guerrilla en realidad su odio era contra los comunistas, y como a la guerrilla la derrotaron, incluso antes del golpe de Estado, tenían que justificar su permanencia en el poder y necesitaban un enemigo, y para eso lanzaron en 1975 una ofensiva cruel e implacable contra ellos.

Massera tendrá siempre un lugar preferente entre los muchos héroes que soportaron la represión brutal de la dictadura y su recuerdo vivirá siempre en nuestros corazones.


[ José Luis Massera (8/6/1915 - 9/9/2002): In Memoriam]

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