GONZALO PEREZ IRIBARREN

Gonzalo Pérez fallecio el 27 de agosto de 1998 en Montevideo. Este texto no es una revision de su obra como matematico, sino mas bien una mezcla de recuerdos personales, entre los que la Matematica esta presente como un componente de su personalidad multifacetica. Solo de esa manera creo que se da testimonio veraz de la huella que su vida dejo en nosotros, los que fuimos sus colegas, sus compañeros y amigos.

Quiza no sea posible entender gran parte de sus opciones, si no hacemos un esfuerzo y conseguimos trasladarnos hacia atras en el tiempo y tratamos de aproximarnos a las condiciones y los valores que flotaban en el ambiente en cada etapa de su vida.

Viene a estudiar a Montevideo en la segunda mitad de los 50, desde Carmelo, donde habia crecido. Con una fuerte vocacion y talento para la Matematica, comienza estudios en la Facultad de Ingenieria: alli habia una pequeña escuela matematica animada por excelentes profesores y el pais no ofrecia formaciones cientificas profesionales. Docente vocacional desde muy temprano, ingresa por concurso como profesor a la enseñanza media, a los 21 años.

El ambiente juvenil de la epoca tenia un fuerte tinte filosofico. Estabamos motivados por dilemas universales; la discusion era mucha y en general inflexible e informada. Existia sin duda la politica, aunque se trataba de pequeñas minorias, con vocacion testimonial y un agudo sentido critico. En ese Uruguay con la crisis en las entrañas, pero sin embargo satisfecho, Gonzalo participo de los cuestionamientos y de las busquedas que ya nunca podrian abandonarlo. Recuerdo su grupo de amigos de la Facultad: German Casal, Jose Kreimerman, Carlos Aragone; nombres borrados para casi todos, pero sobre los que el solia proyectar a veces una mirada desde la madurez, reinventando las preguntas.

Despues de ese tiempo inicial, impulsado por su fe, abandono sus estudios y su trabajo de profesor y entro al Seminario Jesuita, primero en Uruguay y luego en Roma.

Solo puedo atestiguar de ese periodo en que deje de verlo - cuanto duro? siete, ocho años? - lo que dejo como profunda huella en su vida: una gran cultura y un rigor incomparable para el abordaje de cada tema, que incluyo naturalmente el dominio de las lenguas latinas vivas, y tambien del ingles y del aleman, este ultimo a raiz de una estancia larga en Alemania. Y el latin y el griego, que conocia con sutileza literaria y que siempre era capaz de transmitir al lego con su llaneza poco docta, casi de paisano.

Sus años de seminarista coincideron con una tremenda transformacion de la Iglesia Catolica. Fueron los años del Papa Roncalli y del Concilio Vaticano II, que anunciaron grandes cambios en la doctrina y tambien en la aproximacion de la Iglesia a la sociedad. Gonzalo vivio ese periodo en las entrañas del sistema, con la mayor intensidad. Las ideas y emociones de esa epoca consolidaron su formacion espiritual.

Pero no se ordeno sacerdote. Volvio al Uruguay, un pais bien distinto al que habia dejado unos años antes. Formo una pareja con Beatriz, su compañera y comenzo una vida que le depararia todavia muchas alternativas y riquezas.

De ese periodo queda un libro de testimonio que escribio sobre la situacion social del norte del pais. Su retorno a la vida profesional tambien fue, en cierto modo, un comienzo: es entonces que desarrolla un gran interes por la interaccion entre la Matematica y las otras disciplinas cientificas, especialmente las ciencias de la vida. Se incorporo al Centro Latinoamericano de Perinatologia y desde alli hizo un trabajo que debe considerarse pionero en el Uruguay, que para el fue una constante de su actividad matematica de alli en adelante.

El golpe de Estado de 1973 y luego la intervencion de la Universidad llevo a un grupo importante de matematicos uruguayos - entre los cuales Gonzalo Perez - a trabajar a la Universidad de Buenos Aires. Pero eso duro poco: a los ocho meses estabamos sin trabajo, perplejos ante las consecuencias inesperadas que las fluctuaciones de la politica argentina tenia sobre nuestras vidas.

La mayor parte del grupo se disperso. Anuncio no declarado de que la dictadura habria de ser larga y determinante para todos y de que los sueños de justicia y de grandes cambios sociales en nuestros paises, habian quedado atras. Con Gonzalo pudimos permanecer un tiempo mas en Buenos Aires, haciendo una experiencia intensa en Matematica Aplicada, tanto para empresas publicas como privadas; alli pude aprender como la vision de un hombre culto se interna en problemas tecnicos complejos, y en que medida es empobrecedora la particion del conocimiento a la que estamos sometidos.

Gonzalo siempre considero esa actividad como muy formativa, soñando con que los matematicos de las generaciones siguientes tuvieran la oportunidad de insertar su saber en las realidades sociales y productivas, como tuvimos la ocasion de hacerlo nosotros entonces, bajo la presion de las circunstancias.

A fines de 1975, Gonzalo Perez debe emprender nuevamente el camino del exilio, con su familia que ya habia empezado a multiplicarse. Poco antes del golpe de Estado de Videla, en marzo de 1976, se instalo en Maracaibo, trabajando como Profesor en la Universidad del Zulia. Completo su formacion academica como matematico, que el Uruguay no le habia ofrecido: despues de su licenciatura en Buenos Aires, hizo su posgrado en Caracas, bajo la direccion de Enrique Cabaña, a quien tuvo la fortuna de reencontrar como orientador cientifico en el exilio venezolano, como varios de nosotros.

La experiencia "maracucha" del tropico abrumador, inspiraba sus cuentos sorprendidos de sureño transplantado, en aquel mundo con reglas tan distintas. Tambien le permitio volver a viejos amores: a pintar, como lo habia hecho intensamente en su juventud, y ya no dejaria de hacerlo desde entonces. Tambien las amarguras, la muerte de un pequeño hijo, a raiz de una enfermedad fulminante.

Pero no era de alli. En 1983, rehizo el equipaje de su ya numerosa familia viajera y volvio al terruño coloniense, a vivir como se pudiera, pero donde se queria. Sin trabajo regular, se convirtio en profesor particular de una pequeña ciudad del interior, esperando. Durante todo el año 1984 viajaba regularmente a Montevideo, donde formaba parte del grupo de voluntarios que discutia la futura reorganizacion cientifica del pais y la fundacion del PEDECIBA, una actividad cuasi peligrosa para quien tenia sus antecedentes. Al mismo tiempo, recupero las multiplicidades que lo hacian vivir, recupero su condicion de escritor y fue premiado por su trabajo literario en el "tournant" de la dictadura.

Con la primera fase del restablecimiento de la democracia, se instala en Montevideo, y con la colaboracion de Walter Ferrer y de los colegas que van regresando al pais en los meses y años siguientes, se propone reconstruir la Matematica uruguaya, devastada por el regimen militar: presos, exilados, jovenes talentos en el exterior, liquidacion de las bibliotecas, cada capitulo requiere dedicacion, imaginacion, tenacidad. Lo hace con la misma energia que habia puesto en cada uno de sus proyectos anteriores; primero en la Facultad de Ingenieria, luego en la de Humanidades y Ciencias y finalmente en la Facultad de Ciencias, cuyo Consejo integro entre 1993 y 1997, como primer titular de la representacion de los docentes.

Simultaneamente, vuelve a su tarea academica. Es un profesor ejemplar. Su investigacion matematica se centra en los estudios de Estadistica No-parametrica (Estimacion funcional, Metodos de Entropia Maxima). Con frecuencia, aunque no siempre, sus estudios de Matematica aparecen motivados por interrogantes que nacen de aplicaciones no triviales a problemas fisicos, a los que vuelve a dedicar una parte importante de sus energias; es el caso de sus investigaciones sobre las Cadenas de Markov escondidas, motivadas por sus estudios para modelizar el clima, tema en el que sus aportes fueron objeto de publicacion en revistas importantes. Desde otro punto de vista, promovio y fue principal ejecutor de programas de interaccion academia-industria, tanto en su actividad personal como en su direccion del Laboratorio de Estadistica del Centro de Matematica. Siempre inflexible en cuanto al nivel, siempre riguroso en el estudio y en la critica.

En una epoca que no se distingue por el triunfo de la claridad de las posiciones de cada uno, Gonzalo supo exponer sus puntos de vista sin filigrana, reduciendo con frecuencia las verdaderas opciones a imperativos eticos sencillos; su tarea colectiva fue un ejemplo de coherencia entre los dichos y las practicas. Aplico su singular inteligencia a mejorar la vida en comun, sin pedir nada para si mismo. Esa es la leccion de su vida y los que tuvimos la suerte de tenerla cerca, con el pesar de su ausencia, seguiremos aprendiendo de ella.

Mario Wschebor